De pronto los turistas quedaron mudos, el auto siguió unos minutos y se detuvo frente a la vieja fábrica de vinos. Todos bajaron del coche y se miraron a los ojos con cara de gran preocupación, pero nadie rompió aquel silencio. Los cuatro estaban seguros de que al pasar por aquella casa habían visto un crimen.
Como si de telepatía se tratase, volvieron a montar al auto blanco y se devolvieron por la misma carretera solitaria, pero al llegar al sitio la sorpresa fue aun mayor, la casa estaba abandonada. Ya no había cortinas, ni luces, ni gente y una mala hierba había invadido el jardín.
Jorge, Eduardo y Yoel son tres amigos que comparten la pasión por escribir y deciden hacer un viaje a la isla griega de Rodas en busca de inspiración para una novela, lo que no sabían era que sin proponérselo la historia se volvería realidad y quedarían atrapados en ella.
